miércoles, 30 de abril de 2014

25 AÑOS. Cautiecho superior

Un día como hoy hace 25 años despedimos el mes de abril efectuando el primer descenso del tramo superior del Barranco Cautiecho. Éramos la familia Biarge (Fernando y Hugo), la familia Zindel (Helga, Werner y Arno), Agustín Abarca y su amiga Maribel Bescós, un chico que se llamaba Juan Pablo Pérez y yo (Enrique Salamero).

Bueno, lo de "tramo superior" nos lo tomamos más en serio que en la última vez con el Pallas (ver aquí). Ni se nos pasó por la imaginación empezar arriba del todo en el Mesón de Sebil. Esta vez entramos desde la pista de la ermita de Biña por el famoso camino que descubrimos aquel día. Llegados a Corral Nuevo había, loado el cielo, una traza de senda que nos llevó muy cerca del cauce.
Este era el panorama:

La línea roja muestra el Barranco superior de Cautiecho y la línea naranja el comienzo del Barranco Cautiecho. La flecha rosa señala los restos del Coral Nuevo y, a su lado, la línea azul con el trazo aproximado de la senda. El punto rosa indica el vistoso circo del Aujero Canals (ver aquí) y el punto azul la zona de entrada habitual al barranco.

Y aquí lo observamos con una vista aérea.
La flecha roja indica los estrechos del Barranco superior de Cautiecho, la flecha rosa el Corral Nuevo, el punto azul la entrada habitual al tramo inferior, el punto rosa el Aujero Canals, la flecha azul el Puente as Brujas y el punto naranja el circo por donde salimos en esta ocasión (ver más abajo).
Fuente ortofoto: Gobierno de Aragón, SITAR (Sistema de Información Territorial de Aragón)

Esta vez tuvimos bastante más suerte que la anterior con su vecino Pallas (se encuentra justo al sur). Ya se ve en la foto aérea que entramos donde debíamos y que por encima abunda el sospechoso color verde.
Lo cierto es que nunca hemos vuelto ninguno de los que aquel día lo descendimos, ni conozco a nadie que lo haya bajado. Tiene en su contra que está algo alejado para lo poco deportivo que ofrece. Pero, bien mirado, eso mismo le da el atractivo suficiente para ir un día a curiosear sin prejuicios. A mi memoria acuden imágenes de pasillos de roca y no de vegetación (salvo un poco al final), lo que habla a su favor.

Recuerdo que eran muy numerosos los resaltes que bajamos sin cuerda, a veces haciendo alguna que otra comedia. Nadie se quería mojar en las pocas pocetas que había y alguno acabó pantalón en mano haciendo oposiciones y flanqueos. No metimos ni un solo clavo y ni un solo spit.

Aquel día hicimos un retorno curioso. Queríamos conocer el tramo inferior (con su famoso rápel de 40 m) pero no volver por el río hasta Alberuela atravesando os Estrechos como la vez anterior. Cuando llegamos a su final en el Balcez, vovimos de nuevo barranco arriba y escapamos por unas pendientes rocosas próximas a un circo-vaguada de su margen derecha. En un paso pusimos una cuerda para agarrarse, por lo de más era fácil.
De esta manera volvimos al Corral Nuevo Nuevo cruzando por el sorprendente Puente as Brujas.

Este es el borde aguas arriba del Puente as Brujas.

Estos son los croquis que dibujé unos días después:


Llamando a las cosas por su nombre
Hay que decir que el nombre con el cual publicamos este barranco no es el que le corresponde. Cautiecho es el tramo a partir del Aujero Canals. Lo que nosotros bajamos es en realidad la parte final del Barranco as Casas.

domingo, 20 de abril de 2014

SARRATANAS. Resistencia y desmoronamiento

No es ninguna novedad decir que los barrancos son fuente de contrastes. En el de Sarratanas, el pasado día 15 observamos uno digno de mención.
Las imágenes hablan por si solas. Solo decir que, en contra de lo que a menudo parece, resiste lo ¿débil? y sucumbe lo ¿fuerte?.

Raíz de romero

Gran bóveda desplomada

sábado, 12 de abril de 2014

K2, NUDO INFINITO





He comprado tres ejemplares de este libro en diferentes momentos de mi vida. Sólo conservo el último. Ya no lo conseguí en tapa dura. Pero tiene algo que lo hace único, está firmado por el autor, Kurt Diemberger. Tuve la suerte de poder ver su proyección el 21 de diciembre de 2007 en Huesca y me atreví a acercarme a pedirle su firma. Me sigue pareciendo uno de los mejores libros de montaña que he leído. Estos días, leyendo "La muñeca del Chogolisa" de Gregorio Ariz, la imagen del K2 ha vuelto a tomar fuerza en mi memoria.
 


martes, 8 de abril de 2014

VILLA ISABEL. Paseo 9.45



OXIDACIÓN

Ayer vi el marcalibros metálico que trajo mi sobrina de Irlanda. Inmediatamente tuve una asociación de ideas.
Recordé dos de mi colección y un texto que copié hace muchos años. Ayer se juntaron en mi cabeza.



Los dos marcalibros de la izquierda son de titanio y los conseguí en el museo Guggenheim de Bilbao. El de la derecha es de plata y reproduce el detector Alice; me lo trajo Anabel desde Ginebra, cuando estuvo unos días en el CERN.
La página escrita y dibujada es de mi diario, en enero de 1989. De los dos textos, el segundo es la cita de Tom Wolfe que ayer acudió a mi memoria.
El titanio no parece sufrir oxidación. No así la plata, que de esta manera cumple y reproduce la original (y cara) idea de Walter de María.

martes, 1 de abril de 2014

25 AÑOS. Barranco Forcallo

Es curioso. No guardo la sensación de que este fuera el tercer barranco que abrimos ni que estuviera tan cercano de los dos anteriores. Como lo apunto todo, la agenda no se equivoca.
El 1 de abril, un sábado de hace 25 años, nos estrenamos en Escuaín, José Albás, Ramón Bitrián, Rafael Larma y Enrique Salamero. Realizamos el primer descenso del Barranco Forcallo.
Bueno, un estreno a medias, Rafa ya se había apuntado la Garganta Superior del Yaga (1985), el Barranco de la Garganta (1984) y el Trasito Superior (1985). Casi nada. Fue, claro está, idea de Rafa, se conoce "su" valle al dedillo. Lo que sucedió es que no contábamos con la semana tan lluviosa que precedió.
Pero vayamos por partes. Situemos el barranco.


La línea roja indica el tramo que bajamos.
(Mapa Ordesa y Monte Perdido. 1:25000. IGM-PRAMES. 2000)

Esta foto está tomada desde uno de los miradores que hay en la senda que desde Revilla lleva a ellos por la ermita de San Lorenzo. La flecha roja sitúa la gran vertical.

Durante toda la semana estuvo lloviendo y con mal tiempo llegamos a Escuaín. Y así fue, bajaba bien de agua. Nos metimos igual y lo descendimos a toda pastilla, menudos cuatro los que estábamos..., una banda de acelerados, así nos fue para localizar la entrada del barranco.
Todas estas gracias las publicamos más tarde Ramón y yo en un articulito del Anuario de 1989-1990 de Montañeros de Aragón, de Zaragoza. Es este:



Ya nos fastidió, pero cuando llegamos a la caída final cogimos una alternativa. El mal tiempo, el agua, el frío y las pocas ganas de perder rato en esas circunstancias, hicieron que no siguiéramos por el cauce y nos situáramos en un lateral del gran bloque que se empotraba justo en el umbral de la cascada.
Bajamos en simple uno de los rápeles más largos que he efectuado. En buena parte era completamente volado, yo empleé un descensor raro que fabricaba Rafa desde hacía tiempo. Este, el plateado:


Un ocho hiperminimalista. Utilizable exclusivamente en rápido. La verdad es que recuerdo haber efectuado el descenso sin agobios de rapidez ni deslizamiento. Y lo curioso es que, años después, encontré un descensor exactamente igual fabricado por la firma francesa New Alp, el violeta-azul de la derecha.

Estos fueron los croquis, ya en limpio, que dibujé entonces:




La historia tiene dos partes más, en 1991 y 1992. Nos reconcomía no haber pasado por el interior de la gran vertical, bajo el gran bloque. No hubo manera, debía haber una maldición. Estas son mis anotaciones de aquel entonces:


AÑO 1991
Ya lo teníamos en el bote. Estábamos bajo el gran bloque empotrado y empezamos a colocar el primer spit cuando se estropeó el burilador. No teníamos de repuesto. Habíamos retirado las cuerdas del rápel anterior. Todos los colegas llegarían luego por Escuaín y verían que no habíamos llegado. Nos vendrían a buscar. ¡Ni locos!. Decidimos que saldríamos de allí como fuera. Mariano se curró una escalada precaria de lo más, medio en libre medio en artificial, con un "semiespit" que consiguió meter junto a varios clavos y un fisurero. No tengo buen recuerdo de ese largo de cuerda. Eso si, nos libramos por los pelos de ser la comidilla de todos durante ni se sabe cuanto tiempo.


AÑO 1992
Volvimos a la carga. Na de na. Ramón enfurecido tiró una gran piedra que bajo sin miramiento rebotando por todo el hielo.

No hemos vuelto más. Siempre nos quedaron las ganas.
A día de hoy nos preguntamos si se habrá vuelto a repetir. Está dentro de los límites del Parque y sufre por lo tanto de la condena.